Quizá no te hayan tocado los 39.000.000 del bote de Euromillones. Pero piensa cómo rentabilizar el pellizco que has recibido íntegro por tu premio de 3º categoría, gracias a que aseguraste tu billete en Laguinda.
Quizá te apetezca invertir. Quizá te parezca arriesgado porque no tienes experiencia.
Quizá lo que puedes hacer es probar con activos financieros seguros.
El origen de todo.
Hay un dato curioso, poco comentado, sobre el origen de los mercados financieros. En pleno Renacimiento y en el contexto de la expansión europea, surge la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en Países Bajos. Tenían jurisdicción para comercializar con esclavos en el África occidental, Océano Pacífico y en la parte oriental de Nueva Guinea. En competencia con una potencia económica como la española, los comerciantes del norte de Europa tienen la idea de sufragar el coste de esta empresa, dividiéndolo en pequeñas partes de las que, a posteriori recibirían un porcentaje de los beneficios.
Efectivamente, estamos asistiendo al nacimiento de las bolsas de valores.
Mucho ha cambiado desde entonces (afortunadamente). Las bolsas del mundo se han vuelto más complejas y han diversificado sus productos de un modo que es difícil de comprender para la mayoría de los bípedos. Uno de estos productos son los activos financieros.
Activos financieros: qué son.
Según explica la web de BBVA:
Los activos financieros son títulos o anotaciones contables que otorgan en el comprador derecho a recibir un ingreso futuro procedente del vendedor. Los pueden emitir las entidades económicas (empresas, comunidades autónomas, gobiernos…) y no suelen poseer un valor físico, como sí ocurre con los activos reales (como pueden ser un coche o una casa). Además, a diferencia de los activos reales, no incrementan la riqueza general de un país y no se contabilizan en el PIB, aunque impulsan la movilización de los recursos económicos reales, y contribuyen así al crecimiento de la economía. Gracias a estos activos, el comprador consigue una rentabilidad con el dinero que invierte, mientras que el vendedor se financia. Los activos financieros son, en resumen, derechos que adquiere el comprador sobre los activos reales del emisor, y el efectivo que estos generen.
Invertir con cabeza.
Para aquellos que coquetean con la idea de invertir en bolsa han surgido varias plataformas y/o aplicaciones que prometen un fácil acceso a los mercados bursátiles siendo el mercado de las criptomonedas uno de los más atractivos por la rapidez con que puede ofrecer beneficios. Pero con el dinero siempre hay que tener un plan si no queremos terminar como en el Lobo de Wall Street.
En caso de que te haya tocado un premio con Laguinda puede que una de las ideas que te ronde la cabeza sea rentabilizar ese pellizquito. Recuerda que, al contratar el seguro del premio tienes acceso a un asesoramiento Legal, Fiscal y Financiero con el grupo Axa, proveedor de nuestro seguro. Algo que te puede dar una magnífica orientación para esquivar la alta volatilidad de los mercados financieros.
Activos refugio
Volatilidad es la palabra que tratamos de evitar.
El mercado financiero ofrece una serie de productos que tienen un alto grado de liquidez con margen de beneficio bien al comprar o bien al vender. Es lo que los especialistas denominan activos refugio o defensivos. Son valores que pueden no dar grandes márgenes, pero sí de un modo más seguro.
Principales valores refugio.
– Oro. Debido a su convertibilidad con el papel moneda, por su relación con los intereses reales y por su aplicación industrial, electrónica y en joyería.
– Deuda pública. Es el modo que tienen los estados de financiar su deuda. Los tipos de interés varían dependiendo de la solidez de las economías emisoras de deuda. Por eso, para quienes prefieren ir sobre seguro, las deudas de países como Estados Unidos, Suiza o Alemania son las mejor beneficiadas por las agencias de rating.
– Divisas. El mercado de divisas exige a los inversores cierto nivel de experiencia. De modo que si esta es una opción que valores, quizá tu inversión debiera formar parte de un fondo de inversión.
Dicho esto: la moneda que gobierna los mercados es el dólar. Con ella se fija el valor del petróleo e incluso sirve para medir el valor de otras monedas. Ahora bien, hay otras monedas que ofrecen seguridad tales como el euro, la libra esterlina y el yen.
– Acciones. En este caso, el inversor debe fijarse en empresas que sean sólidas, pero también con posibilidades de crecimiento en bolsa. Suelen ser esos valores que vemos reflejados en el margen inferior de los canales de economía.
Riesgo y beneficio
Cualquier inversor novel o experimentado oscila entre estos dos conceptos. Si quieres poner a trabajar el dinero extra que has conseguido al asegurar tu boleto de loterías con Laguinda, invertir es una buena idea. Pero tienes que saber que no hay inversiones a riesgo cero.
Por eso: busca un buen asesor, mantente informado y ten controlados los movimientos de tus inversiones. Convierte esos miles de La Primitiva, Bonoloto o Euromillones en una sólida fuente de ingresos, gracias a este empujoncito de Laguinda.