La mañana en la que te toca Euromillones
Estás untando la mantequilla en la tostada, como si fuera un día normal. Escuchas en la radio que hay un nuevo afortunado a quien le ha tocado el bote de Euromillones. Piensas: “¡Jo, qué suerte tiene ese tío!”. Vuelves a tu taza, a tu cucharilla y remueves el café. Todavía tienes sueño, te frotas los ojos y le das un mordisco a tu tostada.
¡¡Pero si eres tú!! ¡¡Tú eres ese “tío”!! La tostada se te cae de la emoción. Por supuesto cae del lado de la mantequilla porque eso es una ley universal que opera con independencia de la suerte. Vuelves a celebrarlo de nuevo. Saltas sobre la mesa de la cocina y pareces Nadal festejando cada punto.
Y ya. Sí, vale, has ganado el sorteo de Euromillones. Pero, ¿ahora qué? Se puede saber qué carajo hacen los ricos. Es decir, ¿en qué vas a emplear esa línea de ceros de tu cuenta bancaria? Además, es que te ha tocado el premio íntegro porque lo has comprado y asegurado en Laguinda y el dinero de los impuestos lo devuelve su seguro.
Ya nada volverá a ser como antes.
Llevas toda la mañana pensándolo. Has hecho la compra, has preparado el cocido y no se te ocurre nada. Que no cunda el pánico. Inhala-exhala, inhala-exhala, inhala-exhala. Bien, tranquilo. Es estrés postraumático, pero al revés. No hay nada de traumático. Es un cambio muy brusco y tienes que ir haciéndote a la idea.
Hasta ahora te has definido como una persona de gustos sencillos. Unas cervecitas con los compañeros la tarde del viernes; una caminata larga por la sierra o una ruta en bici; una tarde de inmersión en una buena novela o en una serie trepidante. Pero esta semana todo eso ha cambiado.
Has ganado Euromillones y la sencillez será un recuerdo borroso de tu vida anterior. Ahora que por fin eres millonario, nada de quedarte tumbado en el sofá a ver Netflix. Todo lo contrario, haz una lista de las personas y de las actividades que te gusta hacer y a disfrutar de la vida.
Tus nuevos millones te regalan el tiempo para hacer las cosas que más te gustan, todo el tiempo que quieras y hacerlas a lo grande. El mundo se está preparando para verte entrar en el libro Guinness de los récords. Es más, se está preparando una edición especial con tu nombre y Guinness terminará siendo sólo un tipo de cerveza con mucha graduación, amarga y espesa.
Cuánto más grande mejor.
Ahora se trata de pensar en nuevas aficiones. Pero nada se te ocurre. ¿Cómo vas a sobreponerte a esa crisis de creatividad? Pues muy sencillo. Coge esa lista hobbies y llévala hasta el límite. Estos son unos breves ejemplos de cómo puedes transformar tus aficiones para que mantengan tu interés dándoles toneladas de grandilocuencia.
Un equipo de fútbol.
Es hora de que transformes tus trofeos de la liga de futbolín en premios de carne y hueso. No seas tímido. Imagina tu nombre escrito en las gradas en tu propio estadio de fútbol.
El gamer del año.
Ya no eres un niño. ¡Bueno, y qué! Libera el gamer que hay dentro de ti. ¿Una tele más grande? Por qué no una pantalla de cine. Piensa en una multipartida con los mejores jugadores de tu juego favorito sentados en vuestras butacas VIP.
Todos los días, filantropía.
Hasta ahora sólo ibas a ver monólogos de comedia en el bar de tu ciudad. Eso está muy bien, pero dentro de ti late una inquietud cultural que vas a explorar al máximo. Así que, no lo dudas, coges un avión y te plantas en Moscú para ver el ballet ruso. Embriagado por la exquisitez del cuerpo de baile te conviertes en benefactor del conservatorio de danza de tu provincia.
Multimillonario del futuro.
¿Qué me dices de la gestión de plásticos? La contaminación en el Mediterráneo te quita el sueño. Llevas tiempo dándole vueltas a cómo contribuir con esa organización ecologista que insiste en la eliminación de plásticos. Una causa beneficiosa para el presente y para el futuro que merece un buen pellizco.
Ricos románticos.
Parece que los magnates del negocio de la distribución y los ganadores de Euromillones comparten ilusiones. Aunque realmente a ti no te atrae tanto viajar al espacio exterior como recorrer el mundo en globo. Has convertido tu afición por volar cometas en un destino. Todos los que te conocen creen que estás loco. ¿Qué le vas a hacer? Siempre has tenido alma de poeta.
De sueño a realidad.
Digamos que tu coordinación no es comparable a la de ningún ser vivo. Porque no tienes, básicamente. Tus compañeras de bailes de salón, cada una de ellas, se ha ganado un pedazo de cielo por cada doloroso pisotón. Desde que te tocó el premio de Euromillones has tomado clases y te has dejado el alma en cada ensayo. Ser el campeón de baile deportivo de España está cada vez más cerca.
Haz lo que amas
De poco tienes que preocuparte. El seguro de Laguinda incluye asesoramiento legal, financiero y fiscal para fomentar el ahorro y la rentabilidad de tu dinero. Déjate aconsejar para darte en cuerpo y alma al descenso de barrancos, el puenting y la tirolina.
Quizá estos ejemplos te parecen algo extremos. Simplemente, son una ilustración para que comprendas que, a partir de ahora, el límite lo marcas tú. Coge tu pequeña afición y dedícate a ella con cariño. Cualquier habilidad requiere de tiempo y esfuerzo, pero eso ya queda de tu parte. Lo importante es que perseveres y disfrutes mientras la haces. Porque de eso se trata, de disfrutar. No de tachar algo de la lista.
Pero si consigues que la tostada no caiga del lado de la mantequilla, piensa en pasar al libro Guinness de los récords.