El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Nuestra concentración fluctúa como una bola de futbolín, golpeando futbolistas de madera. El problema es cuando te ocurre en el trabajo. Estabas en la celda P2034 de tu hoja de cálculo y… te encuentras buscando los resultados de la Bonoloto semanal.
Nos ocurre a todos desde que todo está a golpe de ratón. Vamos a hacer un rápido repaso a las nuevas formas de escaquearse en el trabajo.
Recetas de bizcochos.
Llevas 90 minutos esperando que tu jefe responda para terminar ese informe tan urgente. Después de morderte las uñas y los padrastros. ¿Por qué no pasar a algo más nutritivo? Tu horno servirá para algo más que esconder las novelas de Stephen King. Has decidido perder el miedo a la repostería con el bizcocho de yogur y limón.
Y si quieres ponerle la guinda al pastel, echa un vistazo a nuestras peñas de lotería. Con nuestros pasteles y bizcochos puedes jugar a más premios por menos dinero y aumentar las probabilidades de ganar.
Planificar viajes.
Es cierto, te ha tocado. Después de comprobar la primitiva una y otra vez y celebrarlo por lo grande, hay que pensar qué hacer con ese pellizquín. Por qué no un paseo en yate. Sólo recuerda borrar las búsquedas, las cookies y navegar en incógnito.
Bonoloto semanal.
No hace falta que te escapes a la Administración que hay cerca de tu oficina para comprar la bonoloto semanal. Desde que Laguinda ha llegado a tu vida, en cuestión de segundos puedes hacer tus apuestas. No te entretengas explorando otras webs o aplicaciones. La plataforma de Laguinda es la única que te permite llevarte el premio íntegro, asegurando tu boleto por pocos céntimos, en caso de resultar ganador, Laguinda te devuelve el 20% de impuestos que Hacienda te retiene de tu premio.
Tinder.
Si insistieras tanto en la Bonoloto semanal como en esta aplicación, seguro que te tocaba. Quien dice Bonoloto, dice primitiva del lunes o Euromillones.
Las obras completas de Cervantes.
Este perfil es el que mejor conoce los comandos de Windows para cambiar de pantalla en décimas de segundos. Son esos que fruncen el ceño con extrema atención frente al ordenador. Parece que están definiendo la próxima misión de la NASA. Les oyes hablar en español renacentista y sabes que le están dando a Los trabajos de Persiles y Segismunda.
Placeres culpables.
Mientras soñamos con la jornada de 6 horas, no pasa nada porque nos dediquemos a cambiar de tarea y desconectar. No siempre podemos cambiar de espacio o mover un poco las piernas. Estos son placeres culpables que no comprometen en absoluto nuestra productividad. No hay nada más reconfortante que vídeos de gatos saltando por el mobiliario. Ellos tienen fe en caer de pie y nosotros en la Bonoloto semanal.
Aloha!