Desayunar caviar, fumar puros habanos, tener caniches, bronceado en invierno o comprar obras de arte en el mercado negro. Muchos son los estereotipos que compartimos en torno a la figura de los millonarios. Los estereotipos son normalmente una convención que exagera una verdad. En lo que se refiere a los millonarios, podemos decir sin temor a equivocarnos que estas ideas son netamente ciertas. Sin embargo, hay otras facetas de su personalidad que no llaman tanto la atención porque tienen que ver con su día a día, su rutina y sus hábitos.
En Laguinda le hemos dado un buen repaso a los rasgos de su personalidad y a sus costumbres para saber qué tienen en común los ricos del mundo. No vaya a ser que tras comprar Euromillones, y hacerte millonario, te sientas fuera de lugar.
Dónde fueres, haz lo que vieres.
El centro de la vida de un millonario son sus millones. Los trae al mundo, los cuida con cariño y los educa con mimo y disciplina británica para que en el futuro traigan más millones a casa. Es decir, la riqueza es también una actitud hacia el dinero que se traslada de padres a hijos a través del comportamiento, igual que la receta de lentejas de tu familia.
Graduados en dinero.
Los millonarios siempre están pensando en cómo atraer el dinero. Estudian y planifican sus inversiones. Son gente prudente que arriesga por lo que invertir en bienes raíces así como en fondos índices de bajo coste, resulta una idea bastante atractiva.
The Financial Mi casa.
Pero ojo, que economía no solamente es leer las páginas naranjas del periódico. Los multimillonarios también presentan unas costumbres económicas que aplican en su economía doméstica.
Los multimillonarios gastan poco. Pero esta observación, claro está, depende de lo que tengas en el banco. No significa lo mismo ser comedido con billones que con miles, que con cientos. No es lo mismo si sacas a Rocky a pasear con un collar reflectante que si el collar tiene cristales Swarovski. Ahora bien, si Rocky quiere ver mundo, se va a escapar igualmente, con o sin millones.
Ahorran parte de sus ingresos. Tiene sentido, ¿no?
Homo sapiens dives.
En el plano de las necesidades básicas la naturaleza nos ha hecho a todos iguales. Ahora bien, los ricos tienen un modo particular de cubrirlas. No siguen a la multitud y no les gusta hacerlo. De modo que si te da por comprar un boleto de Euromillones y ganas el bote, tendrás que deshacerte de tu Ford Fiesta y comprarte un Bentley para encajar en tu nuevo contexto socioeconómico.
Los ricos no son sabios; pero tienen sentido común suficiente para pedir consejo y dejarse asesorar. Por eso también otro de los rasgos que los definen es que le dan prioridad a cuatro relaciones: un entrenador, un mentor, un entusiasta, y un amigo. Lo del entrenador tiene mucho sentido: no se puede ganar dinero, si estás enfermo o estás muerto.
Jugar hasta ganar.
Podemos decir que los ricos son gente insistente que se tropieza una y otra vez en la misma piedra hasta que la piedra se quita de en medio. No pierden la fe en sí mismos ni en su propósito. Aplica esa perseverancia a tu día a día y vete a comprar un boleto de Euromillones porque si no juegas, lo que sabemos seguro es que no te toca.
Cosas que puedes hacer tú, ahora mismo.
Para practicar estos nuevos hábitos, un buen pellizco te vendría de fábula. De modo que podemos comenzar por buscar la complicidad de la suerte y comprar Euromillones en la app de Laguinda. Por otro lado, hay dos cuestiones sobre las que conviene meditar; seas rico de quinta generación y tu apellido tenga 7 nombres, o bien te apellides García Pérez.
¿Recuerdas 2008, cuándo hacíamos bromas sobre la prima de riego? Caray, qué poca gracia tuvo después. ¿Por qué no hacer un curso sobre cultura económica y financiera? Los mercados financieros son más entretenidos que una jornada en el Parque de Atracciones. Algo debe de haber en internet que nos explique cómo gestionar nuestros ahorros en una economía tan volátil como esta.
Sabemos que 7 de cada 10 ganadores de lotería se arruinan porque no tienen recursos para gestionar su nueva riqueza. Algo que puedes evitar gracias al asesoramiento financiero que ofrecemos desde Laguinda para ayudarte a manejar con cabeza la rentabilidad de esa fortuna.
Ponerse a pensar no es algo convencional y menos sobre uno mismo, pero ya hemos quedado que los millonarios hacemos las cosas de un modo diferente. Revisemos cuáles son nuestras actitudes hacia el dinero. ¿Te has parado alguna vez a pensar cuál es tu mentalidad o tus sentimientos con respecto al dinero? ¿Cuál es su significado para ti, tu uso y sus ventajas? Detenernos a meditar es una buena idea siempre, aunque parezca que llegamos siempre tarde a todo y se nos haga imposible. Quién sabe, lo que puedes obtener tras unas horas de cavilación. Puede incluso, que se nos ocurra una luminosa idea entre sueñecito y sueñecito.