Por qué es bueno pagar impuestos
En el patio del colegio no se habla de pagar impuestos. Así que, no estaría de menos que alguien, después de nuestra clase de kárate, una noche, nos hubiera explicado con ternura, que nuestra gatita se ha marchado al cielo de las gatitas y que de adultos tendremos que pagar impuestos. Nuestra relación con los impuestos se va haciendo más intensa según nos adentramos en la vida adulta. Es un matrimonio para toda la vida; hasta que la muerte nos separe.
Los impuestos son amor (indirecto).
Somos adultos y sabemos que pagamos impuestos. No es que lo hagamos con gusto, pero según la última encuesta del CIS, consideramos que pagar impuestos es una condición de buen ciudadano. Resulta también que no guardamos buena opinión de quienes evaden impuestos. Internet está plagado de memes de ricos evasores de impuestos.
En general, parece que comprendemos que los impuestos no son un fin en sí mismo, sino un medio para financiar los gastos públicos . Ya sabes: educación, sanidad, justicia, pensiones, protección al medio ambiente…
Los impuestos son un tributo que pagamos, de los que no recibimos retribución directamente; son como el amor de un padre: está por ahí, pero no se nota.
Los impuestos de los premios
Una de las situaciones más especiales de tu vida es ganar la lotería. Y, una situación tan especial requiere de un régimen tributario especial. Tanto es así que, desde el año 2013, los premios superiores a cuarenta mil euros tributarán por el 20% respecto de la parte del mismo que exceda de dicho importe.
Puede producir una sensación agridulce. Pero realmente, este impuesto no recae sobre ti, sino sobre el premio. Es como si ya tuviera dueño; y no eras tú. Hacienda lo retira automáticamente.
Probablemente, lo vivas como una pequeña decepción. Como si al comprar unos pendientes, en la joyería más exclusiva del mundo, Tiffanys; te dieran tu compra en la mano, sin estuche, sin gamuza, sin envoltorio y sin una amable sonrisa. Es una cortesía comercial. ¿Puedes vivir sin ello? Sí, pero no se disfruta igual. Cuando queremos lujo, queremos amabilidad, simpatía y mucho amorcito.
Los impuestos de Laguinda.
Para eso nacimos nosotros, para darte el cariño que te falta.
Cuando aseguras tu billete en Laguinda contratas un seguro que cubre ese bonito 20%, por mucho menos de lo que vale un chicle. Tú, recibes el valor íntegro del premio y la Agencia tributaria el 20%. Hay un trozo de pastel para todos. Piensa que cuando tienes suerte tú, tenemos suerte todos. Cuando te toca la lotería a ti, una parte, nos toca a todos.
No hay nadie que compense la diferencia de los impuestos como Laguinda. Somos el único servicio de venta de lotería que ofrece este servicio. Era una solución sencilla, pero había que llevarla a cabo. Un seguro, así de simple. No se trata de ingeniería fiscal, evadir impuestos, sobres o empadronarte en Andorra la Vella.
Los impuestos en Laguinda los tratamos con mucha atención. Por eso, la cobertura de nuestra póliza incorpora un servicio de asesoramiento fiscal y jurídico para que tengas la tranquilidad de que tus impuestos han ido dónde debían y para que resuelvas cualquier duda. Así evitarás hacerte líos con el modelo 230; ¿o era el 270?
Vivir tranquilamente.
A todos nos gusta disfrutar de la vida, sobre todo, si has tenido la enorme suerte de que te haya tocado la lotería y puedas darte un caprichazo con el que has soñado siempre. Pero estarás de acuerdo en que, eso es absolutamente compatible con atender nuestras obligaciones como ciudadano y contribuir a financiar los servicios públicos. Con el seguro que cubre los impuestos de Laguinda, puedes hacer tu apuesta, relajarte y disfrutar sabiendo que tus impuestos están donde deben. Tú ocúpate solo de ponerte bien de crema solar.
Aloha.