La letra del piso, el coche, los suministros de la casa, la compra semanal, el teléfono, internet, el gimnasio, la suscripción a las plataformas, el dentista y más y más gastos. A veces, tenemos la sensación de que lo que ganamos, según entra se va. Tras una vida de prudente ahorro, en la que dejas pasar planes y caprichos porque son algo extravagantes, y realmente no son necesarios, si te toca la lotería… Si toca la lotería es el momento para darse, sin un rasgo de culpa ni preocupación, a nuestros deseos más materiales, absurdos y locos, como una estrella del reggaeton.
Aquí, una serie de propuestas para que bajes el freno de mano a tu ilusión y practiques tu devoción por los objetos más caros.
Cosas de ricos.
Candy Crush.
Este famoso juego te ha mantenido entretenido durante tediosos trayectos de vuelta a casa en metro, autobús o tren. Candy Crush es un juego gratuito, ya lo sabes, pero el único modo de ganar, es pagando. De modo que, si quieres resarcirte de la cantidad de horas de tu vida que nunca recuperarás, tienes que usar la tarjeta de crédito. De acuerdo, no lo consideramos un lujo, pero entra sin duda en la categoría de “capricho innecesario”. Ahora bien, ¿cuánta satisfacción te va a reportar?
Amor incondicional.
Eso es lo que todos necesitamos y lo que sólo nos dan nuestras mascotas. Cualquier céntimo invertido en nuestro perro, nuestro gato o periquito, nos será devuelto en lametones y ronroneos de genuina gratitud. Nuestros pequeños amigos quizá no distingan entre objetos más caros, pero precisamente por eso, podemos agasajarles sin miedo a que su amor cambie de dirección. Podemos empezar por un collar de cristales Swarovsky, pero eso se queda corto como muestra de nuestro afecto. Los diamantes son los mejores amigos de nuestras mascotas.
Ajedrez.
Gambito de dama, nos contaba la historia de una chica huérfana con un asombroso talento para el ajedrez. El ajedrez es un juego accesible para todos, afortunadamente. Pero algunos deciden llevar su pasión un paso más allá de las figuras de plástico y las partidas en las mesas del parque. El ajedrez de Charles Hollander Collection es una extravagancia en la que podemos deleitarnos los apasionados del ajedrez. Está diseñado en diamantes blancos y negros y tiene un valor de 600 mil. No digamos que es un objeto más caro, sino más bien que es el valor de un juego que pone en valor tu talento, tu perspicacia y tu inteligencia.
Vacaciones como Michelle.
Si de un día para otro te has hecho millonario, porque te ha tocado un bote del Euromillones, puede que empieces a notar cierto estrés. Ser rico implica una vida ajetreada; cuidar de los millones no es nada fácil. Empieza una época de trabajo y estudio de los mercados financieros para saber cómo administrar y gestionar tu nueva fortuna. En este caso, no debes renunciar a unas buenas vacaciones, si no todo lo contrario. Marca en tu agenda unos días sólo para relajarte y disfrutar en Marbella, tal como hizo Michelle Obama en su periplo español.
Oro parece y oro es.
Hemos comenzado esta lista de un modo muy modesto, pero sólo para terminar por todo lo alto. Ferraris, Lamborghini, BMW... qué tendrán los coches de alta gama, que nos hacen parecer hasta más listos. Un capricho con el que todos soñamos aunque el límite de velocidad en las carreteras españolas sea de 120 km/h. Pero no estamos en un post para alabar el sentido común, sino para dejarnos arrastrar por nuestras pasiones. Los coches son caros y si empezamos a añadir extras, se convierten en los objetos más caros del mercado. Aún con todo, el saudí Turki bin Abdullah ha querido diferenciarse de millonarios corrientes y molientes con su colección de coches de oro.
Soñando contigo, me siento feliz.
Esta es solo una sugerencia para que se abra tu apetito. Esta semana, cuando te hagas con tus boletos en Laguinda, tienes un cheque en blanco para imaginar en qué quieres gastar tu premio. Recuerda que, Laguinda te permite asegurar los impuestos del premio para que lo recibas íntegramente. De modo, que al asegurar tu billete con nosotros tienes un “premio extra” con el que abrir los ojos y hacer materiales tus sueños.